sábado, 21 de marzo de 2009

La Educación de los Hijos


"Depende de ti todo en la vida. Nadie te regalará nada. Debes luchar por tus cosas, aprender a vivir y ser ejemplo de tus hijos. Éstos deben ser educados y a veces la dureza es mejor que la explicación. A los hijos no se les explica, se les ordena. Así se educa. Si tú les exlpicas todo, los pones al mismo nivel que el tuyo: tú eres autoridad y así deben verte ellos. Están aprendiendo, deben obedecer y respetar las decisiones de los padres. No puedes explicar cada cosa; ellos no tienen capacidad para comprender determinadas situaciones. Te pueden decir: "entiendo". Pero entender es dejar de hacer o hacer una cosa, no recibir información.
Ellos están aprendiendo, no enseñando. Necesitan tener una guía, el peso de la autoridad. "Esto no se hace, aquello sí. ¿Por qué? Porque yo lo digo, por eso soy tu padre, no tu amigo". Amigo se es cuando grande.
Imagínate una casa manejada por el cerebro de niños pequeños... ¿Cómo sería esa casa?
Aplica tus propias leyes. Castiga pero no dañes. El castigo es bueno si permite aprender una lección. Has de saber que los hijos tienen frágil la memoria y si no castigas ahora, mañana será tarde. De nada sirve una penitencia de un mes si al día siguiente ellos ya olvidaron de qué se los acusa. Debes penitenciarlos en el momento de la mala acción o la contestación mala o el enojo injustificado. Y que tu penitencia les duela en el momento justo, no veinticuatro horas después.
Si debes imponerles una penitencia, hazlo ahora que aún es tiempo. Mañana podría ser tarde. Dales siempre la oportunidad de disculparse; no los tiranices, sólo acompáñalos en su crecimiento y apóyalos en lo que consideres bueno. Ellos aprenderán de ti. No será una inversión hecha en saco roto.
Todo lo que te esfuerces dará buenos frutos, buenos resultados. Dales la oportunidad de probar una y otra vez hasta que aprendan a reconocer solos cuál es el camino correcto. Protégelos, pero permite que hagan su vida según su propio criterio y tus enseñanzas. Haz de ellos buenas personas para que no llegue el día en que llores por sus actitudes.
No puedes evitar que vivan determinados procesos evolutivos propios de su edad y de la sociedad en que se mueven. No puedes hacerlo porque les cortarías las alas y no les enseñarías a volar.
Cuando se sientan afianzados en su vida como personas y en familia, se darán cuenta de que los errores que han cometido no fueron más que eso, errores y no los cometerán más. No los prives del hecho de experimentar aun lo malo, mientras sientas que los puedes controlar.
Los adultos no pueden equivocarse. El tiempo pasa y tú debes ser el bastión en el que tus hijos se apoyen. Ellos tienen toda la vida por delante, los grandes, no. No pueden permitirse el lujo de cometer errores.
Haz lo que sientas y digas: ésa es la forma de ser autoridad y no cómplice. No temas dar órdenes si éstas son justas. Los humanos hacen las cosas más cómodas para no sufrir, no se preocupan por el sufrimiento que padecerán los niños cuando sean grandes. Tú das las bases para su comportamiento. Esas bases son el ejemplo que das; si ellos quieren o no seguirlas, es cosa de ellos. No puedes reprimir sus personalidades.
La educación debe ser natural. Les muestras un mundo bueno dentro de tu casa pero ellos ven uno no tan bueno fuera. El mundo no es como tú quieres. Si no estuvieras, si te enfermas o mueres ¿cómo tus hijos podrían vivir en el mundo real cuando tú les mostraste siempre uno de fantasía? ¿No crees que podrán caer fácilmente en las manos de cualquiera? Al tratar de separarlos de la vida normal les quitas defensas.
Cuando un niño juega a las cartas desde pequeño y otro no lo hizo nunca ¿quién de los dos estará más preparado para vivir en la calle? El juego es picardía, despierta los sentidos y los hace menos vulnerables al dolor. Y la crueldad no tiene fronteras cuando el dolor es grande.
Tú mientes a veces a tus hijos para que hagan o no determinadas cosas, pero sabes que lo haces para que ellos aprendan. Muchas veces no se miente para engañar sino para enseñar.
No importa que tú sufras, lo que importa es que tus hijos no sufran en el futuro por no haberles enseñado a comportarse en sociedad."

3 comentarios:

Anónimo dijo...

como en la biblia los mencionan en diferentes epocas

J. Marcos B. dijo...

...Me pareció también muy exacto, sobre todo "Haz lo que sientas y digas" nunca hagas lo que no sientas, y siempre cumple con tus palabras. sigo...

Laura E Babyaczuk dijo...

Haciendo lo que sentimos nunca nos equivocaremos a nivel evolutivo. Aunque lo que nos llegue no sea lo que queremos, sin duda será lo que necesitamos... un abrazo, Laura